Otra herramienta para llevar en nuestra mochila docente: Taxonomía de Bloom

En 1956, Benjamín Bloom, psicólogo que trabajaba en la Universidad de Chicago en Estados Unidos, desarrolló la taxonomía, la cual se convirtió en una herramienta clave para comprender y ordenar el proceso de aprendizaje. En ella, Bloom formuló los objetivos educativos para los educandos y su respectiva jerarquía. Dividió a dichos objetivos en tres ámbitos: el ámbito cognitivo, el afectivo y el psicomotor.

En el primer ámbito surge la taxonomía de Bloom, ya que en el dominio cognitivo se enmarca el aprendizaje. Es por ello que se dice que la taxonomía de Bloom se centra en este dominio.

Los tres dominios psicológicos son:
    - el dominio cognitivo: procesar información, conocimiento y habilidades mentales;
    - el dominio afectivo: actitudes y sentimientos;
    - el dominio psicomotor: habilidades manipulativas, manuales y/o físicas.

Bloom y su equipo desarrollan una tabla en la que plasman la jerarquización antes mencionada del ámbito cognitivo.

En el año 2001, Lorin Anderson y Krathwohl le hicieron revisiones a la taxonomía y, además de cambiar los sustantivos definidos en la tabla jerárquica inicial del ámbito cognitivo por verbos, reformularon la secuencia. De todas formas mantiene como eje central al ámbito cognitivo.


A continuación se presenta en orden ascendente el pasaje de las Habilidades de Pensamiento de Orden Inferior a las Habilidades de Pensamiento de Orden Superior propuesto en las taxonomías (tanto para la original como para la revisada):

Imagen de autoria propia, la cual muestra la reformulación de al taxonomia hecha por Anderson y Krathwohl en 2001.

Esta jerarquización no implica que los sujetos necesariamente comiencen el proceso de aprendizaje desde el primer nivel de pensamiento, sino que este proceso puede iniciar en cualquiera de esos puntos. Además, es una herramienta útil con la cual reconocer qué tipo de inteligencia tiene cada estudiante y, a partir de ello, proponerle la actividad o proyecto (si es que se está trabajando, por ejemplo, con ABP) mas afín con sus habilidades y fortalezas cognitivas. Es decir, lo más importante que nos indica la categorización es un posible marco de acción a partir del cual podamos desarrollar estrategias de enseñanza ajustada a nuestros estudiantes a fin de enriquecer el trabajo cognitivo y metacognitivo de estos. Es necesario que los docentes reconozcan que sus estudiantes, como sujetos únicos e irrepetibles, poseen distintos tipos de inteligencia y que, por lo tanto, existen distintas formas de aprender; las propuestas deben promover e incentivar el uso y desarrollo de dichas habilidades cognoscitivas a fin de obtener un aprendizaje significativo y de calidad. 

Infografía sobre los 8 tipos de inteligencias múltiples desarrollada por Fundación Créate (2004).


La presente Taxonomía para entornos Digitales no se restringe al ámbito cognitivo; es más, contiene elementos cognitivos así como métodos y herramientas adaptadas a las nuevas necesidades y capacidades de los actores educativos. Es decir, si dentro del nivel comprender uno quiere proponerle a sus estudiantes que clasifiquen y comparen ciertos conceptos, es posible complementar esa actividad con las TIC’s incluyendo en la consigna el uso de herramientas digitales como Canva o Adobe Spark; o si se les pide que hagan una línea del tiempo, pueden hacerlo a través de aplicaciones como Timeline o Lucidchart. 

Les comparto un video que amplía el abanico de posibilidades para la implentación de la taxonomía de Bloom con los educandos:


¡Nos leemos la próxima!



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